Tengamos presente, ante todo, que la ONU, mediante decisiones adoptadas conforme a su estructura principal, ha contribuido al desarrollo de la arquitectura misma del capitalismo global mediante la creación de una compleja trama de organizaciones económicas complementarias, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), entre otras.
Pero además, bajo la dirección exclusiva de su Secretario General, la ONU se ha convertido en una organización internacional con 'apariencia de autónoma', con más de 40,000 empleados en sucursales en todo el mundo, que ha desarrollado la capacidad de abordar todos los problemas que considera de importancia global.
Esto la ha llevado a convertirse en el agente principal del desarrollo, promoción e implementación de propósitos globalizadores netamente ideológicos, entre los que nos limitamos a destacar el más nefasto de todos, cual es la creación de una nueva concepción de la naturaleza humana.
En efecto, la ONU fue el punto de partida, en sus conferencias quinquenales sobre los abusos del hombre sobre la mujer del siglo pasado, del ‘Feminismo’ como forma de ‘confrontación hombre-mujer’, claramente opuesta a su complementación natural.
Además, como consecuencia directa de la “perspectiva de género” del feminismo, la ONU ha favorecido el desarrollo de la ‘Ideología de Género’, propuesta por diversos autores, que pretende igualar la sexualidad normal ‘macho-hembra’, cuyo fin principal es la procreación, con toda clase de conductas, preferencias y hábitos sexuales sin más propósito que el placer.